Iba a ser un cumpleaños muy especial, el de Gabriela, y quería un cumpleaños de "prinsesa".
Mi máquina creativa se puso en marcha y como nos sucede a todas las mamis, me dije, "que a ese cuerpo no le falte de na" jajja pues dicho y hecho. El color elegido lo teníamos claro, el rosa, así que con antelación hice un pedido de tules a EEUU, swarovski elements, y visité mi mercería habitual para el resto de los materiales, algodón ecológico para el cuerpo y lazo de raso.
Confeccioné el vestido, Gabriela se lo ponía día y noche, no podía esperar al gran día.
Los días previos diseñé las decoraciones de la mesa, es este caso colgué unas mariposas y unas flores del dosel, que con la brisa tenían vida propia. Mi mami vino a casa a ayudarme con el hilo de pescar, la silicona y a envolver los sandwiches con papel, que había hecho yo sin ella.
También diseñé y confeccioné la banderola con su nombre, los pompones de tul para decorar la mesa y corté de nuestro jardín varias rosas.
La repostería en esta ocasión la elaboró mi cuñada, Laura Sánchez, que es una máquina, que fuimos colocando cuidadosamente para crear una mesa dulce armoniosa.
Os dejo con algunas fotos de Gabriela con calcetines, la coneja y su cumpleaños de ensueño.
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